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MECANISMO TRANSMISOR

"Yo soy el pueblo"

Discurso de Chávez en la Asamblea.

"Yo no soy yo, es un pueblo. Digo estas palabras ante ustedes, señores asambleístas, diputados y diputadas, amigas y amigos todos, y ante mis compatriotas, con la convicción y la firmeza de quien pronuncia un juramento, de quien selló y vuelve a sellar un compromiso sagrado".

Para echarse a temblar.

Los venezolanos se encuentran hoy ante una encrucijada más importante de lo que pudiera parecer a primera vista. Se trata de aceptar, o no, un régimen caudillista de lo más grotesco que se pueda imaginar; equiparable a la dictadura cubana en buena parte del contenido y, desde luego, del envoltorio: populismo, recetas socialistas al estilo caribeño, y sobre todo, y por encima de todo, el líder. De libertad, tímido asomo. Y la propiedad, en manos del sumo hacedor con su infinita clarividencia.

Es preciso que sean los mismos venezolanos quienes tomen conciencia de lo perjudicial que resulta para sus propios intereses, con excepción de los corruptos, la continuidad de un gobernante tan peligroso como iluminado. Jamás se han solucionado los problemas de un país entregando ciegamente poder absoluto a una suerte de guía de almas y conciencias. La Historia muestra numerosos ejemplos de pueblos enteros, millones de seres humanos, llevados a la ruina, la miseria y el genocidio por los dictados de personas que se creen distinguidas con dones cuasidivinos; omniscientes, en fin. Y en muchos casos, ungidos de divinidad por quienes finalmente son sus víctimas.

Por el bien de los venezolanos, espero que hoy sea el último día de Chávez en el poder. Apenas tengo esperanza, en cambio, del acatamiento de éste ante una posible derrota en las urnas. Tengo la seguridad de que habrá, como mínimo, intentos de fraude por doquier. Y no tranquiliza, más bien se diría que inquieta, la delegación de observadores que desde España, (insisto: desde España) se han trasladado para velar por la limpieza del referendum . Invitados por Chávez, faltaría más.

Están en juego la libertad y prosperidad, no exentas de riesgos y dificultades, de los venezolanos. La elección, para mí, es clara: fuera Chávez del poder.

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